"La Semana de los Derechos Humanos consistió en la organización de varios paneles con exposiciones durante una semana. Participaron gente del Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH) y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). En ese marco creamos la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Salta.

En estos actos aparecía siempre gente de los servicios o de las fuerzas de seguridad. Venían de civil pero te dabas cuenta por el tipo de preguntas capciosas que hacían. Trataban de enrredarte.Uno después preguntaba y a esa persona nadie la conocía. Nosotros ya nos habíamos acostumbrado y sabíamos que ése era su trabajo.

Entonces (1982), ya empezaba un poco la apertura y ya estaba funcionando la multipartidaria. En el interior, de todas maneras, no era común que se hicieran actos como éstos. Fue una actividad abierta, pero los carteles que lo promocionaban estaban solo en algunos negocios que querían ponerlos.

Yo participé porque a mi me adjudicaron la parte de formar delegaciones en el interior durante toda la dictadura. En el 75 se constituyó la APDH, en el 76 fue el golpe y en el 77 empezaron las delegaciones, aproximadamente. Bahia Blanca, La Plata, Córdoba y Neuquén fueron de las primeras delegaciones.

Cuando empezaron a funcionar los partidos políticos, nosotros ya teníamos acceso a los pases para viajar al interior. El Estado, aún militares, cuando decidió que la política podía funcionar dio unos pases que te permitían hacer ocho o diez vuelos y te prestaban plata para que pudieras hacer uno o dos. Pero además, en ese momento nosotros estábamos bien económicamente porque el consejo mundial de iglesias nos bancaba. Entonces podíamos viajar, podíamos alquilarles locales a las delegaciones para que funcionaran, etc. La APDH era fuerte a nivel nacional e internacionalmente.

Cuando ibamos al interior veíamos que había provincias que eran igual que en capital y otras donde se conocían menos casos de desaparecidos. Uno se daba cuenta que, cuando había sido más castigada la  clase media, se conocía más. Porque la clase media, los intelectuales, los universitarios, se animan más. Cuando es la clase obrera, como en los ingenios, las ligas agrarias, se conocía menos. Después se fueron animando más a denunciar.

Las delegaciones hacían pie en la iglesia católica. Nosotros durante los tiempos de las tres A y los principios de la dictadura nos refugiábamos en las iglesias. En alguna iglesia católica y, la mayoría de las veces, en iglesias metodistas. Entonces, desde la iglesia metodista de Buenos Aires, me contactaba con el pastor de la iglesia metodista de un lugar donde sabíamos que había desaparecidos. Ahí le avisaba que ibamos a ir. Entonces, la misma iglesia se ocupaba de contactar con la gente que estaba haciendo denuncias".

* Testimonio de Susana Pérez Gallart registrado el 11 de agosto de 2010. Susana es una de las fundadoras de la APDH. Militó políticamente e integró la Cámara de Diputados. Es una de las fundadoras del Nucleamiento de Mujeres Políticas.